Santo Domingo.- Hacerse pasar por náufragos fue una de las estrategias utilizadas por Miembros de la red internacional de narcotráfico desmantelada a través de la Operación Buffalo NK, cuando enfrentaron problemas en el envío de un cargamento De la Alta Guajira a República Dominicanasegún la solicitud de medidas coercitivas.
El documento detalla que en febrero de 2020, la red criminal habría programado la salida desde Colombia del pesquero denominado “10 de Mayo Uno”, cargado con droga. Sin embargo, fallas en uno de sus motores le impidieron llegar a su destino.
Ante esta situación, dieron aviso al “personal en tierra”. Supuestamente, Juan Carlos López Macías, alias “Sobrino” o “El Grande”, envió una embarcación para trasladar y rescatar los narcóticos, dejando a la tripulación y al barco a la deriva para que pareciera que se trataba de un naufragio.
Los mensajes interceptados de la aplicación de mensajería Telegram, que fueron cruciales para identificar a los presuntos cabecillas de la red, indican que, el 22 de febrero de 2020, López Macías intercambió mensajes con Rafael Inoa Santana, conocido como Felo y/o El Cojo, en los que manifestó que “lo habían salvado todo”, frase que el Ministerio Público relaciona con la recuperación de la droga y el rescate de los lancheros varados.
Los presuntos náufragos fueron rescatados por autoridades marítimas el 23 de febrero de 2020 y entregados a la Armada Nacional.
Respecto a la embarcación y la tripulación, el Ministerio Público señala que el 24 de febrero de 2020, López Macías informó a Inoa Santana que los estadounidenses habían hundido la embarcación al no encontrar nada.
Según se indicó en la conversación, fueron “rescatados” los dominicanos Carlos Manuel Hernández Cambero y José Rafael Acevedo, así como los colombianos Diego Zalazar Ramírez y Marcos Mosquera Mercado. Estos individuos fueron localizados a la deriva, pero al inspeccionar la embarcación no se encontró ningún tipo de narcótico, ya que la organización había retirado la droga horas antes de la interdicción”, señala el documento.
El uso de la aplicación Telegram fue uno de los medios de comunicación utilizados por los presuntos cabecillas de la red. El seguimiento de las líneas telefónicas y de los mensajes por parte de las autoridades permitió identificar no solo a los presuntos cabecillas, sino también a otros miembros clave de la operación.