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domingo, octubre 13, 2024

Brutal parricidio que los hermanos Menéndez cometieron y que retrata la nueva temporada de la serie «Monstruos»

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Netflix acaba de lanzar la serie «Monstruos: La historia de Lyle y Erik Menéndez»que cuenta la historia de la Hermanos Menéndezcondenado a cadena perpetua por el brutal asesinato de sus padres en 1989 en el lujoso barrio de Beverly Hills, Los Ángeles.

En la serie, Javier Bardem y Chloë Sevigny interpretan a los padres, José y Kitty Menéndez, mientras que Nicholas Alexander Chavez y Cooper Koch interpretan a sus hijos, Lyle y Erik.

El caso de los hermanos Menéndez conmocionó y dividió al mundo La opinión pública estadounidense y las pruebas por las que pasaron fueron seguidas por millones de personas.

Esto es lo que pasó.

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Un crimen en Beverly Hills

El 20 de marzo de 1989, el cubanoamericano José MenéndezUn alto ejecutivo de la industria musical y su esposa Kitty fueron asesinados a tiros en su mansión de Beverly Hills.

Sus dos hijos, Erik y Lyle (entonces de 18 y 21 años), llamaron a la policía al día siguiente para informar de lo sucedido.

Ambos afirmaron que encontraron a sus padres muertos cuando llegaron a casa.

Al principio la policía siguió la pista de Grupos mafiosos y otras personas cercanas a la familia Menéndez como posibles autores del doble asesinato,

Sin embargo, los dos hijos de la pareja pronto estuvieron en el radar de las autoridades, entre otras razones por La vida lujosa que comenzaron a llevar después de la muerte de sus padres.con compras de apartamentos, coches deportivos y relojes de lujo.

Erik Menéndez cometió un error que a la postre resultaría decisivo en el caso: confesó a su psicólogo, el doctor Jerome Oziel, que él y su hermano habían asesinado a sus padres.

Juicios y sentencias

El testimonio del menor de los dos hermanos llegó a las autoridades, que los declararon acusados.

Ambos fueron arrestados en 1990 y acusados ​​de asesinato, lo que marcó el inicio de una larga serie de procedimientos judiciales.

El juicio, que comenzó en 1993, fue uno de los primeros en ser televisados ​​en Estados Unidos y captó la atención de decenas de millones de estadounidenses.

Erik y Lyle admitieron ante el jurado que habían asesinado a sus padres.pero afirmaron que lo habían hecho «en defensa propia» ante los presuntos abusos sexuales, psicológicos y físicos a los que los sometía su padre.

Los hermanos relataron escalofriantes detalles sobre los presuntos abusos y violaciones de los que fueron objeto por parte de su padre, José Menéndez, desde niños, y además denunciaron que éste los había amenazado de muerte para que no contaran a nadie lo que estaba sucediendo.

Ambos relataron entre lágrimas en el estrado la supuesta terrible experiencia que padecieron durante años. Sin que su madre interviniera para detener el abuso.

En este primer juicio, familiares y amigos corroboraron la versión de los hermanos, describiendo a su padre como un hombre controlador que tenía a su familia bajo su control.

Por su parte, la Fiscalía basó su acusación en que los hermanos cometieron el asesinato de manera fría y premeditada con el fin de heredar el patrimonio de sus padres, estimado en US$14 millones.

Algunos jurados creyeron a los hermanos, mientras que otros siguieron la línea de los fiscales.

No llegar a un acuerdo sobre un veredicto (homicidio o asesinato) El primer juicio fue declarado nulo.

En un segundo juicio, las circunstancias cambiaron por completo: se realizó sin cámaras y el juez no permitió testimonios y pruebas de la defensa sobre los presuntos abusos cometidos por José Menéndez contra sus hijos.

Por aquí, Los acusados ​​sólo tenían sus propios testimonios para defenderse.

El juez también descartó la posibilidad de encontrar culpables a los hermanos de homicidio involuntario por los presuntos abusos que sufrieron, dejando al jurado con solo dos opciones: condenarlos por asesinato o declararlos inocentes y ponerlos en libertad.

El 18 de abril de 1996, los hermanos Lyle y Erik Menéndez fueron condenados por asesinato y recibieron cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Erik y Lyle estuvieron recluidos en prisiones separadas durante 22 años y se comunicaron por carta hasta que se reencontraron en 2018 en el Centro Correccional RJ Donovan en San Diego, California, donde tuvieron un emotivo reencuentro.

Hasta el día de hoy, permanecen tras las rejas.

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