- En un ambiente bohemio y lleno de desafíos, el actor encontró la fuerza para superar obstáculos y triunfar en la industria cinematográfica.
En el corazón del bohemio Greenwich Village, el 4 de abril de 1965, nació Robert Downey Jr., hijo de una pareja que parecía encarnar la esencia del arte y la contracultura. Su padre, Robert Downey Sr., era un conocido cineasta underground, mientras que su madre, Elsie Ann Ford, tenía una carrera como cantante y actriz. El entorno en el que creció Robert Jr. estuvo lleno de creatividad, pero también de excesos, contradicciones y, sobre todo, ausencias emocionales que marcaron su vida desde muy temprano.
Cuando era niño, Robert Jr. vivía en un pequeño y estrecho loft en Manhattan, donde su familia apenas lograba mantenerse económicamente. Como relató años después, la casa no solo estaba impregnada de las texturas y colores del arte, sino también del humo de marihuana que llenaba el aire en las reuniones improvisadas. Su padre, a menudo rodeado de colegas y amigos de la contracultura, era un anfitrión que mezclaba humor y desdén con una pedagogía cuestionable. Este entorno, aunque aparentemente normal para los Downey, pronto resultaría ser un terreno fértil para una infancia problemática.
En un documental de Netflix, dijo que el primer recuerdo que definiría su relación con adiccionesSucedió cuando apenas tenía seis años. Una noche, su padre estaba organizando una partida de póquer en casa y, rodeado de adultos y fascinado por el mundo que lo rodeaba, Robert Jr. se sentó a mirar. En un intento de imitar a los mayores, tomó una copa de vino blanco y tomó un sorbo. La respuesta de su padre, que debería haber sido una reprimenda, fue todo lo contrario: Le ofreció un cigarrillo de marihuana para “ver qué hacía”..
Años más tarde, Downey padre admitiría en una entrevista con Feria de la vanidad que fue “un error terrible y estúpido”. Sin embargo, en ese momento, la acción parecía una broma para los presentes. Para Robert Jr., no fue una anécdota pasajera: “Mi padre y yo consumíamos drogas juntos”.
A los ocho años, el joven Robert ya estaba profundamente inmerso en un entorno donde las drogas eran algo cotidiano. Como recordó su madre en el documental de Netflix, lo que debería haber sido una infancia rodeada de arte y cultura pronto se convirtió en una rutina marcada por el consumo de sustancias, la proyección de películas para adultos y la falta de límites. El cine, que era la vida de su padre, también se convirtió en un medio de exposición prematura a temas y emociones que un niño de su edad no estaba preparado para procesar.
Los años siguientes estuvieron llenos de cambios. La familia Downey vivía en Londres, Nuevo Méjico, Los Ángeles y Connecticutsiguiendo los sueños cinematográficos de Robert Sr., que rara vez se materializaron en éxito comercial. Esta inestabilidad geográfica se tradujo en una falta de arraigo emocional para el joven Robert.
De acuerdo a El revista de bolsillo, En uno de esos traslados comenzó a tomar clases. ballet en Inglaterra, pero no se ciñó a esa disciplina. El separación de sus padres En 1978, cuando sólo tenía diez años, se produjo otro punto de inflexión en su vida. Decidió mudarse con su padre a California, distanciándose de su madre y dejando atrás cualquier estructura que pudiera haberle dado estabilidad.
De acuerdo a correo diario, Cuando Robert Jr. dejó la escuela en 16 añossu vida dio un giro aún más caótico. Aunque tenía una inclinación natural por la interpretación, que había cultivado con pequeños papeles en las películas de su padre, también se vio inmerso en un ambiente hedonista y autodestructivo. Esta primera etapa de su carrera fue más bien un escape de la realidad.
Décadas más tarde, al recibir el Oscar al Mejor Actor de Reparto por su papel en oppenheimerRobert Jr. recordó esos años oscuros en un discurso que mezclaba ironía y gratitud: “Me gustaría agradecer mi terrible infancia y a la Academia. En ese orden”. La frase, que provocó risas y aplausos, resume la forma en que había aprendido a afrontar su pasado: con humor, pero sin negarlo.
También dedicó unas palabras a su esposa, Susana Downeyagradeciéndole por “amarlo como a una mascota rescatada y devolverlo a la vida”.
Este proceso de introspección también resonó en figuras como Arnold Schwarzeneggerquien en una entrevista con Zorro compartió cómo se identifica con las palabras de Downey Jr. “Lo entendí de inmediato”, dijo el legendario actor, refiriéndose a cómo las infancias difíciles pueden moldear el carácter. “Para él fue un impulso para alejarse de lo que lo rodeaba y construir una vida diferente”, enfatizó.
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