Roma. La señal de sistemas de navegación por satélite como el GPS o el europeo Galileo puede utilizarse más allá de la órbita terrestre y en la superficie de la Luna, según un estudio publicado este martes por la Agencia Espacial Italiana (ASI).
El descubrimiento ha sido posible gracias al proyecto LuGRE (Lunar GNSS Receiver Experiment), llevado a cabo entre ASI y la NASA para analizar posibles conexiones en la Luna en el marco del programa Artemis, que quiere devolver al hombre a su superficie.
«Por primera vez las señales de navegación utilizadas en la Tierra han sido recibidas y analizadas en la Luna. Este es un resultado que abre el camino a nuevas tecnologías para la misión Artemis», anunció la ASI en un comunicado.
El experimento LuGRE está a bordo del módulo ‘Blue Ghost’ lanzado a la luna en enero de este año por la empresa Firefly Aerospace y, en los últimos meses, ha recibido señales GNSS (Global Navigation Satellite System) o el proyecto europeo Galileo.
Las señales han sido detectadas tanto durante el viaje del módulo a la Luna como después de su aterrizaje, estableciendo un nuevo récord para su distancia de recepción a 400.000 kilómetros de la Tierra.
La ASI cree que este resultado «abre el camino hacia un futuro» en el que los astronautas y los vehículos espaciales como los rovers «podrán utilizar los mismos sistemas de navegación por satélite» que se utilizan cada día en el planeta, «mejorando significativamente su capacidad de guiado y seguridad operativa en la superficie lunar».
El uso de señales como el GPS americano o el Galileo europeo en la Luna representa «una solución inmediata» a la hora de planificar futuros recorridos por la superficie del satélite.
Al menos a la espera de que se complete la futura constelación de la Agencia Espacial Europea (ESA), ‘Moonlight’, diseñada para proporcionar servicios de comunicación y navegación en futuras misiones.
El director de Ingeniería y Tecnología del ASI, Roberto Formaro, ha celebrado que el experimento haya demostrado el uso conjunto de señales GPS y Galileo a «distancias nunca antes probadas».
Los resultados del experimento se han puesto a disposición de la comunidad científica internacional para su consulta.



